lunes, 31 de marzo de 2008

Sobre la libertad

4 comentarios

La libertad es uno de esos conceptos esquivos. Uno puede pasarse toda una vida intentando captar un ente ideal como el que vamos a tratar para acabar por nunca conseguirlo, aunque sea por consenso. Y por consenso y mayéutica intentaron sabios de la talla de Platón y Sócrates-Platón, malgastaron su inteligencia y tiempo, que podían haber empleado en preocuparse, por ejemplo, por la esclavitud, en captar abstracciones ideales que se resuelven más o menos con tan solo comprarse un diccionario. ¿Pero que voy a decir yo contra ellos? No puedo compararme a tales titanes y ni me interesa o quiero pues son tan solo hombres (muertos) de su tiempo (muerto).


La libertad creo que solo la podré analizar desde ópticas parciales, y con un limitado angular, pero incisivas; si juntamos todas estas visiones podremos quizás tener una panorámica interesante. No quisiera analizarla como aquellos que olvidan que el hombre colgó tal concepto en el cielo y luego piensa que el concepto posó al hombre en la tierra. No lo haremos como esos liberaluchos que con dogmatismo sin par sostienen que la propia libertad (libertad para vender y comprar fuerza de trabajo y de lo que se deriva de ello) es más importante que la vida del hombre, no como urdidores de la ideología dominante del orden dominante que ha sido, incluso, funesta influencia de, igualmente dogmáticos, idealistas de izquierda (nuestro queridísimo heterodoxo izquierdismo posmoderno o encantadora nada, sobretodo sus vertientes neohippies y pseudoanarquistas) así como de pragmáticos revisionistas (la progresía o “socialistas” procapitalistas). Una posible visión de la libertad sería pues esta: idealización de la libertad individual, el individualismo, la ideología burguesa, el cemento del capitalismo.

Otra visión, esta vez bíblica, es la del libre albedrío, la capacidad de poder escoger entre dos sendas maniqueas: el bien o el mal. Pero, y aquí viene mi visión del asunto planteado en preguntas pues tengo más dudas que respuestas, ¿esta visión tiene algún sentido desde un punto de vista material, si aceptamos el determinismo? ¿Es que hay a caso una neurona (o varias) con sus proteínas y reacciones químicas, determinadas por leyes físico-químicas (aunque las desconozcamos), que tome las riendas de nuestra ser, que plasme la voluntad, que sea la iniciadora del impulso eléctrico que se expande mediante la sinapsis? Sin alma de luz, los esquemas mitológicos caen por su propio peso. Pero entonces ¿quién inicia la despolarización inicial, bajo que condiciones, como se perpetúa para configurar nuestra voluntad? ¿Es el azar? Según mi punto de vista, la suerte y el azar es aquello que engloba fenómenos por el momento no determinados o ciencia desconocida.

En los esquemas de la sinápsis, el impluso siempre proviene de una neurona anterior,
¿cuál es la primera neurona que produce el impuslo original?

La ciencia ya puede responder parte de dichos interrogantes, el origen del impuslo eléctrico proviene, probablemente, de las neuronas sensibles que captan nuestro entorno, por tanto no seríamos más que una causa-efecto de nuestras sensaciones tratadas de una manera específica por nuestros mecanismos y estructuras cerebrales, un reflejo de nuestro entorno.


En referencia al tratamiento de los estímulos del entorno, la ciencia actualmente también puede responder a cosas que tanto han preocupado a románticos y ensoñadores poetas y demás yonkis del deseo, el sentimiento y la vida llena de experiencias que contar. Existen unas estructuras cerebrales que parecen determinar la motivación, el núcleo accumbens y el área tegmental central. Dichas estructuras son sistemas dopaminérgicos que median en el sistema reto/recompensa cuya acción provoca las ansias y el placer. Las ansias nos llevan a aceptar un reto que, una vez conseguido, se traducirá en una recompensa bioquímica que se transcribirá en una secreción de péptidos opiodes que inhibirán las neuronas gabaérgicas que inhiben la descarga de dopamina en el cortex prefrontal que provocará un efímero pico de placer y el bienestar. Ciertas substancias endógenas infieren en dicho sistema, son las substancias reforzadoras o drogas que provocan placer así como una notable adicción.



Si se supiera toda la información recibida por alguien y la manera que tiene el individuo de procesarla se podría predecir con exactitud su comportamiento. ¿Dónde deja eso esas alas de humo y luz de los liberales y los conservadores? En el vertedero, donde quizás deba estar. La culpa, el castigo y el mérito dejarían de ser, pues, concebidos como algo derivado de lo ideal para ser algo social y psiconeuronal.



¿Qué sería la libertad? ¿Hacer lo que nos dé la gana, el principio del placer? Nos convertiríamos en meros esclavos de nuestras ganas. La voluntad no sería más que la tramitación de nuestro propio placer, pero aprendemos rápidamente que no podemos hacer lo que, en principio, deseamos, nos reprimimos, nos adaptamos al principio de realidad con la promesa de un placer mayor. Entonces la libertad podría ser, desde un punto de vista psicosocial, aquel bienestar que siente uno cuando con alegría nos encerramos en una celda y, en ésta, nos sentimos acomodados. Dicha celda ha variado y variará en diferentes conformaciones y reglas sociales y morales, el hombre tiene una notable capacidad de interiorización y adaptación a todo tipo de celdas, la historia ya lo ha demostrado.


Sin embargo, la visión más acertada de la libertad es la de estar a gusto y equilibrado en sociedad y como individuo, pudiendo, en tanto ser que produce, tener la posibilidad de innovar y ser creativo, explorar la propia potencialidad, la no alienación. Dado que esto es imposible en el reino del capital, pese a que sus beneficiarios y sus falsarios posen como los paladines de la libertad, me he tenido que construir una definición artificial y provisional.


Dicho punto de vista personal de algo que se nos escapa de las manos como es la libertad es puramente sartreano. Para mí, libertad significa una manera de focalizar mi la voluntad en una responsabilidad moral ineludible frente a una existencia que no tiene sentido a menos que nosotros le demos uno.

Sartre, el caminante

Responsabilidad, superación de la alienación, autoencarcelamiento, alas de luz en el vertedero y determinación psicosocial confluyen en la visión parcial más (subjetivamente) acertada de lo que está en boca de todos.


Otro texto os quería presentar que trata sobre cómo compaginar el socialismo con la necesidad del individuo de realizar su potencial (lo que podríamos llamar libertad):

Escrito por alguien que, al parecer, hizo algo más que posar para una foto

martes, 25 de marzo de 2008

Ración de enlaces para mentes ociosas

0 comentarios


Uno de los grandes libros de la filosofía y la economía explicado de manera que hasta un niño (o hombre-niño) lo puede entender:

El Capital.Comic.Parte 1

El Capital.Comic.Parte 2

En mis ratos muertos, me estoy dejando los ojos en leer un interesantísimo documento, tiene la informació más objetiva que he encontrado sobre el tema (enlace un poco más hardocore):

Marxismo-leninismo Vs Trotskismo

No os atragantéis.




He cambiado algo el blog, a parte de la dirección, espero llevar un ritmo de, máximo, una vez por semana, mínimo, una vez cada dos semanas. También espero que Gabimen deje de tener los huevos retraídos y se digne a escribir alguno de sus cagarros. Le perdonaremos que, por vegüenza, no haya ampliado y defendido su ocurrencia de los pequeñoburgueses. Así también nos ahorramos una buena ración de rubor. Sé que no son pocos los que me leen así que les pediría el favor que dejaran algún comentario aunque sea crítico, yo por mi parte os lo agradeceré.

Salut!

miércoles, 19 de marzo de 2008

El patacazo de IU, sus consecuencias y otras reflexiones

1 comentarios



Lo primero, lo que voy a intentar exponer, lo hace este señor: http://www.durgell.com/ cien veces mejor que yo, aquí: http://www.kaosenlared.net/noticia/sin-izquierda y lo hace con un mayor angular que incluye la ilegalización de partidos varios, asesinatos políticos sin importancia... Todo despachado con más fluidez que un servidor.


En estas elecciones se ha visto lo siguiente: triunfo claro del bipartidismo con una bajada tremenda de las fuerzas “enriquecedoras” tales como ERC o IU.


http://www.generales2008.mir.es/99CG/FTOP.htm


Sería una indignidad no mentar que uno de los grandes motivos de esto es el sistema d’Hont de reparto de escaños y las circunscripciones y es que los resultados tendrían que parecerse más a esto:

Reparto proporcional puro, circunscripción única, sin cota inferior (ejemplo de reparto con el que no tengo porque estar de acuerdo)

P.S.O.E. 155
P.P. 142
I.U. 14
CiU 11
UPyD 4
EAJ-PNV 4
ESQUERRA 4
B.N.G. 3
CC-PNC 3
CA 1
NA-BAI 1
EA 1
C's 1
PACMA 1
VERDES 1
PAR 1
CHA 1
NC-CCN 1
LV-GV 1


La esencia del método de repartición de escaños actual es lo que limita a la potencial alternativa (antaño PCE y hoy este IU de risa) pero no olvidemos que es el que ha habido siempre, incluso cuando el tercero en discordia tenía una porción del congreso bastante jugosa.


Me gustaría despachar rápido el tema bipartidista, tan solo decir que se consolida lo comentado en mis anteriores escritos:

http://esquizofreniaasimetrica.blogspot.com/2008/02/reflexiones-sobre-las-elecciones-del.html

http://esquizofreniaasimetrica.blogspot.com/2008/02/reflexiones-sobre-las-elecciones-del_21.html

http://esquizofreniaasimetrica.blogspot.com/2008/02/reflexiones-sobre-las-elecciones-del_29.html


En referencia al bajón de ERC, he de confesar que me ha sorprendido notablemente, perder la friolera de 355.723 de los 652.196 (¡de 8 a 3 escaños!) es para mear y no echar gota. ¿Esto, por qué ha sido? Mi experiencia me dice que dicho partido tenía una no despreciable cifra de votantes que se subieron al carro durante los últimos años de gobierno del PP (2003-2004) sin compartir demasiado la ideología del partido (y ninguna en general) y que ahora se han decantado en masa por los nuevos rebels, el PSOE. No olvidemos que gran parte del potencial votante de izquierda o de tendencia a la izquierda abstracta vota EN CONTRA de la derecha más que en pro de unos ideales que no sabría resumir ni defender debido a que la la tijera izquierdistaposmoderna-derechistareformista ha borrado del mapa el rico y fundamentado arsenal argumental de antaño, dejando espejismo, posers y agujeros mentales. A eso, sumémosle también la tendencia al abstencionismo de los votantes más socialistas e independentistas, ergo “radicales” (sonido de relámpagos, por favor). Poco más que decir, creo.


En referencia al bajón de IU (y ICV-EUiA), la cosa es más sencilla y clara. El votante de IU que apoya una izquierda de una manera “abstracta” se dice: ¿para qué iba a votar a la fracción psoeista de izquierda cuando se puede votar directamente al propio PSOE para echar el mal hecho política que es el PP? En pocas palabras, IU ha pagado caro su rastrerismo perruno con el PSOE y su amarillismo. Más que pagarlo caro o suponerle un grave contratiempo, probablemente estemos ante el fin del proyecto. La cuestión es si el PCE será el núcleo salvable de dicho desastre o si la gangrena se ha extendido también a éste.

Mi posición particular es que la gangrena provino del propio PCE y, salvo a una importantísima multitud de militancia de base muy válida, el PCE merece quemar en la misma pira que su engendro posmoderno.


A partir de aquí me vienen a la cabeza diferentes preguntas con la esperanza que sean prontamente contestadas:

  1. ¿La plutocracia dejará que un valioso fuego fatuo como IU desaparezca? Si lo hace, es que cree que la izquierda está muy desactivada, cosa parcialmente cierta, y parcialmente falsa: nos darán la oportunidad de darles un buen susto.
  2. ¿Si cae IU seremos capaces de que un partido verdaderamente comunista les suplante? Si bien la caída de la coalición ha dado una alegría a más de uno dentro de la izquierda, si no obramos correctamente y ocupamos el vacío generado, estaremos más jodidos que nunca.

Una de las alternativas comunistas más fuertes, el PCPE, subió notablemente en votos y, aquí en Catalunya, el PCPC (con el que he empezado a colaborar reciente y discretamente en sus juventudes) consiguió incluso doblarlos. Pese a esto, dicha fuerza seguiría sin representación, incluso aunque hubiera un reparto de escaños más justo. Esto sería bochornoso si el frente electoral fuese prioritario. Por eso, después de las elecciones, hay que seguir luchando día a día con redoblados esfuerzos en las luchas de verdad: los frentes de masas, con la clase trabajadora en todas sus batallas allá donde se presenten, eliminando la lacra eurocomunista (al que le debemos gran parte de la consciencia anticomunista actual del pueblo), atacando a la burguesía y a sus tentáculos, posicionandonos correctamente en el punto en el que estamos de la lucha de clases.


Todo esto en un sistema en el que, lógicamente, no nos dejarán tener cabida.

EDITADO: Un texto donde se expone una posible estrategia para la refundación de IU, vía socialdemócrata que no pretende superar el capitalismo con anulación total del PCE. Aquí mismo:

Un proyecto de refundación de IU

viernes, 14 de marzo de 2008

El izquierdismo (voluntarismo) posmoderno

0 comentarios



La izquierda está bien jodida.

En los parlamentos, los partidos que clásicamente defendieron la clase trabajadora están hoy al servicio del capital.

En la calle niñatos sin el fundamento teórico de antaño anuncian, repartiendo bochorno, las ventajas de las cebollas cultivadas con amor biológico y libertario. Las manifestaciones hoy son fiestas con banderas llenas de entrañables jovenzuelos, que lucen chapitas de mil y una causas perdidas, y se autoasignan etiquetas de tal o cual ideología, porque lo importante es ser algo. Movimientos de barbudos ya no luchan por sus semejantes, luchan por los gorilas, las cebollas o recomiendan a la humanidad su propia autoextinción por el bien glorioso de los animales, verduras, hongos, bacterias y virus.


ME LLAMO SABINA Y
SOY DEMASIADO COMUNISTA PARA SER ANARQUISTA

Y DEMASIADO ANARQUISTA PARA SER COMUNISTA


¿Cómo hemos llegado hasta este punto? ¿Cómo y cuándo nos han anulado?


Los marxistas, en referencia a la teoría marxista de la historia, concretamos que para acometer una revolución (relación del hombre y su voluntad frente al determinismo histórico) con la inocente intención de derrocar el capitalismo hacía falta la mezcla correcta de dos factores:

- el desarrollo económico

- la voluntad revolucionaria

Al no comprender y sopesar la importancia de una buena mezcla de estos, se crearon dos desviaciones: el economismo y el voluntarismo.


El economismo, espontaneísmo o derechismo resaltaba la importancia de la espera del progreso de los medios de producción, la fe en la espontaneidad de las masas, la pasividad. En pocas palabras los derechistas cogieron la obra marxiana y la vaciaron, a mala fe, de su contenido revolucionario, sus teorías fundamentaron los movimientos socialdemócratas, los partidos socialistas, la segunda internacional, el reformismo y el amarillismo. Esta tradición, evolucionando hasta nuestros días a tesis cada vez más antirrevolucionarias, se materializa actualmente en el PSOE (y, prácticamente, también IU), ya sin posar como marxistas y negando totalmente la revolución y la superación del capitalismo.

El voluntarismo, aventurismo o izquierdismo resaltaban lo inverso, la importancia de la voluntad, el subjetivismo, el confundir los objetivos finales con los pasos intermedios, el dogmatismo, etc. La existencia de este fenómeno se achacaba a una falta de madurez en el movimiento comunista, una buena fe boba, un cóctel entre marxismo, utopismo y romanticismo. Lenin combatió con ahínco las tesis izquierdistas ya que aplicaban una mala estrategia política ayudando, con su infructuosidad amoral y análisis erróneo de la realidad, a una bien organizada y experimentada reacción; las acciones y fracasos izquierdistas llevaban a una único final, el derrotismo. Hoy en día estos movimientos se materializan en los trotskistas o en el comunismo de izquierda (seguidores de Pannekoek, espartaquistas…).


Estas dos desviaciones constituyen la quintacolumna que, inconsciente o conscientemente, han obrado en pro de la evasión de la superación del capitalismo. Por esta íntima relación entre extremos, no es de extrañar que, históricamente, entre las filas del izquierdismo, llegado el derrotismo, hay una fuga masiva hacia posiciones derechistas antirrevolucionarias.


Tras esta, quizás demasiado larga, fundamentación, pasaré a comentar un fenómeno reciente: el izquierdismo posmoderno (concepto Made in Retrasado). El izquierdista posmoderno, debido al influjo de un capitalismo cada vez más complicado, fragmentado, confuso y esquizofrénico (es decir, posmoderno), no es que ningunee las condiciones objetivas económicas que pueden desembocar un cambio político, ¡es que, simplemente, las ignora! El izquierdista posmoderno es ese entrañable rebelde anticapitalista (pro¿?) vestido con una camiseta del feti-Ché, unos pantalones andrajosos, unas Convers, miles de pins y una palestina (u otras demostraciones de alienación varias) que soluciona el mundo mediante esquemas mentales artificiales tomando una cerveza con sus amigos. Al no conocer ni ser capaz de vislumbrar la condiciones y contradicciones propias del capitalismo que hacen cavar a éste su propia tumba, el izquierdista posmoderno entiende que el cambio político depende en su totalidad de su voluntad, la de sus compañeros de barra y la de una población que considera adormecida (y, secretamente, por eso, despreciable). Al no tener ni huevos ni ganas de invertir la cantidad de voluntad que sopesa necesaria, se convierte en un izquierdista de boquilla e inconsecuente, muy lejos de los izquierdistas clásicos que comparados con él se me antojan de oro. En él, se conjura una doble moral: las ganas virtuales de ser un héroe revolucionario, figurándose como el creador de una revolución que nunca será, y las pocas ganas que tiene de abandonar una posición, no pocas veces privilegiada, en un capitalismo que, si lo piensa detenidamente, no está tan mal.

¡El Ché, con unas convers, mejor que nunca!

Todas las características del izquierdismo clásico se agudizan en su barroca posmodernidad: infantilismo, improductividad, mucho ruido y pocas nueces, dogmatismo, un nulo, más que mal, análisis y, sobretodo, un derrotismo chistosamente veloz. Durante el tiempo que pasó en el cual se creía consecuente, hasta la autonegación dialéctica de sus esquemas mentales por los agujeros y múltiples contradicciones de estos, sintió una superioridad moral respecto al pueblo que le valió más que todas las revoluciones habidas y por haber. Está rebeldía hipócrita le duró lo que duró su juventud (o menos) derivando a derrotismo (subjetivamente considerado sensatez), escepticismo y viraje extremo hacia el derechismo antirevolucionario, seguido menos ideológicamente que borreguilmente. Y es que con suerte los izquierdistas posmodernos acabarán como rojetes de salón o progres reformistas con igual paupérrima lógica en su discurso pero que, con inicio canoso, resquicio de arrugas, hombros cansados, mirada desilusionada y amargo tono, les hará parecer maduros.


Dándoles donde duele


El patrón del izquierdista posmodernista se popularizó con el hippismo (menos marxista que romántico y utópico) y se hegemonizó a partir del mayo francés del 68. Dicho movimiento salido de la nada y con potencial revolucionario no menospreciable acabó en una “niñatada” estudiantil y marcando el inicio de la extremización de las dos desviaciones en toda Europa: los diferentes partidos comunistas europeos viraron bruscamente hacia el reformismo y el amarillismo (eurocomunismo) y, pasados los gritos, los abucheos a Sartre y las manifestaciones que son una fiesta, los izquierdistas posmodernos, ya derroticizados, apoyaron a dichos partidos en masa. El patrón se extendió y expandió configurando, en la imaginaria popular, el modelo hegemónico y patrón del “hombre de izquierda”, desplazando al luchador concienciado, estoico y disciplinado de antaño.

Algunas frases célebres de nuestros nuevos referentes revolucionarios:

L'ennui est contre-révolutionnaire

Nous ne voulons pas d'un monde où la certitude de ne pas mourir de faim s'échange contre le risque de mourir d'ennui

Je suis marxiste tendance Groucho

L'imagination au pouvoir


Por tanto, tenemos que, lejos de ser un fenómeno fruto de un movimiento inmaduro, que desaparecería como el acné juvenil, éste se ha extendido configurando descabelladamente el ideal popular de la izquierda.


Manifestación izquierdista posmodernista standard


Con los izquierdistas posmodernos, los disparates se suceden: discursos ridículos sin fundamento alguno, defensa exclusiva, por influencia posmarxista, de luchas perieconómicas (feminismo, pacifismo, preferencias sexuales, cultura, identidad, marihuana, ecologismo, etc.), defensa de causas esperpénticas varias, fusión con misticismo y movimientos idealistas e, incluso, en ocasiones, defensa, debido a su extraviamiento ideológico, de tesis ya no reformistas, sino totalmente reaccionarias (ejemplo: españolismo u otros tipos varios de chovinismo). Y es que el infantil movimiento izquierdista posmoderno no es más que un divertimento, una pose, una hipocresia, un complemento way e “in” de la personalidad ultraindividualista propia del capitalismo; es ficción, es virtual, es parecer (y tener por el amplio merchandising que le rodea), nunca ser. Gran parte del potencial simpatizante, seguidor o militante de izquierdas cae en sus divertidas y banales redes urdidas por el capital y administradas por el contrario del voluntarista contemporáneo, el ultra revisionismo (PSOE y IU). Es la desactivación de la revolución, la rebeldía con chorracausas o causas dignas sin hoja de ruta ni ganas, otro tipo de pereza mental, otra estrategia superestructural de anclaje.


Marx, Trotsky y Zp, con el izquiesta posmoderno, todo es posible


El movimiento de izquierdas se pudrió por dentro, la quintacolumna lo mató y no hay resurgimiento posible si no se lucha sin cuartel contra su ponzoña.


Hoy en día, sobretodo los camaradas más jóvenes, para ser escuchados seriamente, primero tienen que hacer no pocos esfuerzos para romper un jocoso cerco prejuicioso que les encorseta como niñatos izquierdistas achacados de una enfermedad infantil que acabará felizmente en un razonable apoliticismo. El camarada tiene que gastar horas y horas de discursos bien construidos, racionales y pasionales, y, si consigue que no le consideren anacrónico, las risitas y los laconismos dejarán paso al respeto o al miedo.


Por ese esfuerzo extra que días y días he tenido que hacer, por todo el daño que han hecho en general al verdadero movimiento de izquierda, el movimiento izquierdista posmoderno me merece todo mi odio intelectual.


Y, de la reacción, se merecen un aplauso.