domingo, 4 de enero de 2009

Libertad y cambio social (III)


Mi último objetivo sería producir una reflexión a cerca de cómo se puede producir un radical cambio en el ser humano de una manera más o menos “natural” en el marco de una revolución social que derroque el capitalismo para erigir una sociedad, unas relaciones productivas, un modo de producción y un estado socialista. La pregunta es complicada y siempre he tenido la impresión que no ha sido suficientemente tratada en los autores más básicos. En textos del ABC del marxismo, la cuestión no suele ocupar más que unos pocos parágrafos que parecen suponer, la mayoría de las veces, que la “naturaleza humana” es totalmente elástica.


La verdad es que no creo que seamos un chicle pero si que somos arcilla y agua. Habría que conocer en que grado somos elásticos, plásticos o inamovibles.


El hombre es trabajo y mientras trabaja, es decir, cambia el mundo que le rodea en su beneficio, también se cambia a sí mismo. El hombre, al trabajar, ha desarrollado la inteligencia y el lenguaje para comunicarse con los demás y coordinarse; el hombre es un ser social.


http://civilizacionsocialista.blogspot.com/2008/04/la-falsa-teora-de-las-fuerzas.html


La organización superior que crea el individuo es la sociedad, cuya intrincación también tiene una difícil comprensión y, hasta el descubrimiento del materialismo histórico, poco se podía decir de ella excepto opinar.


La sociedad influye extraordinariamente en el individuo marcándole, prácticamente en todo: quién es y quién será. Dichas sociedades, erigidas en beneficio de una clase social hegemónica, tienen unos mecanismos para reproducirse: la educación, la religión, la propaganda, el sentido común, la policía, los juzgados, el ejercito… y, lo más importante e indirecta madre de lo anterior, la imposición de una determinada manera concreta de producir.


La construcción del socialismo, pues, tiene que estar basado en el cambio del modo de producir y de las relaciones de producción, es decir, tiene que estar basado en una manera nueva de producir. Esta novedad engendraría un nuevo hombre pero no deberíamos esperar este proceso de una manera mecánica. Hará falta echar mano de una serie de estrategias para facilitar el proceso, estrategias que surgirán a partir de ese necesario nuevo modo de producción y, a su vez, necesarias para éste.


Como no estamos en la situación concreta de cambio social, una de las pocas maneras de poder especular a cerca de que medidas se deberían tomar, es mirar que medidas se han tomado en cambios sociales anteriores.


El capitalismo, para crear una ingente masa de proletariados, liberó a los campesinos de sus pequeñas propiedades y a los esclavos de sus cadenas. Quería personas libres para darles elegir entre morirse de hambre o de asco. Todo muy liberal.



En sus primeros pasos, hasta la instauración de sus modernas y perfeccionadas maquinarias de control (democracia parlamentaria, medios de comunicación, alienación en el ocio…), tiró por la vía de la contención mediante la violencia y la represión más descarnada contra el pueblo.


Sin embargo, el socialismo no puede sacar una enseñanza de esto ya que, pese a contar con personas, hasta la médula, impregnadas con el espíritu del capitalismo, no puede modificar su voluntad de una manera similar a la capitalista ya que es la propia masa, lanzada por sus necesidades a derrocar el viejo régimen, quien ejercerá posteriormente la dictadura del proletariado, una dictadura que no podrá ejercerla sobre sí misma. Aquí radica uno de los grandes problemas del socialismo ya que tan solo puede echar mano a las tácticas de contención social persuasivas y, como hemos visto, en los primeros pasos de una estructura económica dada, la hegemonía ideológica que se genera para reproducirse como sociedad, está muy poco perfeccionada. Sin embargo es la única vía que hay, el socialismo se ha de construir, tras el derroque violento de la burguesía, mediante la persuasión, la educación, la pedagogía, el diálogo. No solo el socialismo debe buscar una nueva manera de producir sino que tiene que buscar también una nueva manera de reproducirse.


Con todo, la organización política del socialismo no deberá estar fundamentada ni en un “dirigismo educativo” llevado por la vanguardia proletaria ni en un democratismo ingenuo de una masa impregnada de los vicios del estadio anterior. Será sin duda una mezcla con tantas diferentes proporciones de dichos factores como situaciones diferentes se den en el difícil camino de la edificación del socialismo. En primera instancia se tenderá al dirigismo de la vanguardia siempre frente al atento control de la masa, verdadera heroína de esta historia, y en el momento que ya no haga falta una vanguardia que tire del carro, habremos llegado ya al final de la trayectoria social del hombre. La manera más efectiva que tendrá el socialismo de reproducirse será la manera más efectiva de extinguirse y parir la sociedad comunista. En ésta, los problemas con los que se enfrentará el ser humano serán, felizmente, de otro tipo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

tustas murallao contuscosas no?

Anónimo dijo...

Interesante. Los del PCE siempre consideran el Estado como fin, no como medio. Craso error.
Jarrrr!!!!

Fernan dijo...

A mxyzptlk:

llabesneng i sUskoSaSIasAbesSneng

A López:
Ya... no se a que viene tu comentario, si me criticas o me apoyas. No soy del PCE y el estado en un medio.

(Los del PCE no siempre han sido amarillos.)

Si has entendido lo contrario, intentaré ser más claro la próxima vez. Y un poco más de seriedad no te vendría mal.

Dentro de poco escribiré algo, pero lo pondré a publicar antes de colgarlo.

Anónimo dijo...

Escribió y se hizo la luz. Parece que hayas descubierto, cual Planck y su teoría cuántica, el secreto del socialismo. Lo que escribes es un leninismo elemental.
Seriedadarghhhhh!!!!

Fernan dijo...

Sr. López primero no me creo Dios ni un gran innovador, aunque en innovar pongo cierto esfuerzo en el marco de lo que, como tú bien dices, es el marxismo-leninismo; aunque no creo que el ABC.

En tu comentario noto dos cosas, primero que no pareces muy serio (con esos jarrr, seriedarrr, etc.) lo cual no creo que haga ningún bien a la lucha en la que, presuntamente, los dos participamos. El punto de jocosidad de tu blog es una buena idea aunque la práctica me parece desacertada y contraproducente: parece que no te tomas en serio.

Segundo, no se porque vienes a mi "feudo" a atacar (al tildarme de iluminado) a alguien que con el que tendrías que tener cierta simpatía política y con el que tenías que tener una cierta camaraderia y apoyo en el proyecto común.

No responderé a esta provocación de alguien que probablemente (disculpas por adelantado si no es así) es solo un payaso que se aburre.

Anónimo dijo...

Retrasado, lo primero es que la lucha está perdida. Decir lo contrario es utópico. No vamos a ponernos idealistas a estas alturas.
Dos. Si no me interesase lo aquí escrito, lo habría ignorado.
Mis críticas no son por el contenido, si no por ese elitismo intelectual que pareces atribuirte.
Tres. La ironía y el sarcasmo siempre son buenos aliados en temas políticos. Ello no convierte a uno en un feriante. Mi blog está invadido por la seriedad tras esa cortina.

En fin, las opiniones son como los culos, cada uno tiene la suya propia. O, cuando menos, así debiera ser.

Saludos y visitaré tu feudo tan asiduamente como me permitan mis menesteres.

Fernan dijo...

"Retrasado, lo primero es que la lucha está perdida. Decir lo contrario es utópico. No vamos a ponernos idealistas a estas alturas."

¡Uf! Yo no soy idealista, soy materialista puro. A estas alturas lo que no me cuadra es que creas que no tenemos futuro. Espero que disfrutes en tu "Hotel Abismo".

Afirmo aquí mismo que no me considero un gran intelectual si bien mi manera de escribir parece arrogante es por el tono de blog, de foro donde muchas veces prima la colleja limpia. Es una treta retórica, nada más.

Saludos y espero que se te borre ese derrotismo y intentes participar en las luchas. Si de verdad consideraras que la lucha está perdida no hubieras iniciado ese MoLo tan jocoso que es un intento humilde de poner al menos un ladrillo, aunque tenga la punta rota.

Gunfia dijo...

Esto es una porquería.

Jefferson, Lenin, Bush, Obama, Zapatero, Rajoy, Bruselas, el G-20… Todos iguales.

¿Quién dijo comunismo? ¿Quién dijo liberalismo? ¿Quién dijo lo del nuevo orden mundial?